martes, enero 24, 2006

second part

Pues como iba diciendo (no es que tenga muchas ganas de escribir pero se me estan juntando las cosas ya para contar), cuando llegue a la estación que tocaba (gracias a las españolas que no he vuelto a ver) estuvimos un buen rato mis 35 kilos de maletas, mi cansancio, mi estupidez, un mapa y yo, intentando dilucidar cual era la calle que debía escoger y en que sentido.

Cuando termine de darme cuenta que estaba haciendo el gilipollas (como de costumbre), decidi andar un rato hasta encontrar una señalización más clara. Esto sucedio a los 2 minutos. De aki podemos sacar una bonita conclusión, mi vagancia me lleva a hacer el idiota en varias ocasiones.

Segui la calle en la cual se encontraba mi residencia e iba pasando los números, 76, 74... cuando llego al 56 y me digo a mi mismo (porque ademas me hablo solo y todo... si es que soy tonto, tonto de remate) ya estamos cerca. Yo, como seguramente todos hariais, estaba mirando los portales unicamente, pero ya que estabamos llegando me dio por mirar los edificios. Y he aqui otra de esas casualidades de la vida, que vi el número 54 justo en una esquina. Y como podreís imaginar queridos lectores ese era mi destino. Un puñetera esquina. Sera el destino? sera un indirecta de dios? sera que el que hizo la casa era gilipollas y se le olvido la entrada y la tuvo que poner detras? No lo se pero vamos el pavor, sobre saber como podia ser una casa que tenia el número en la esquina y la puerta en la parte de atras del edificio, me embargaba, cuanto menos.

Para poneros en antecedentes de los actos que procedere a narrar a continuación comentaros unas cosillas. Llegue un sábado por lo que la señora tan "amable" que me tenía que dar la llave me dijo que me buscase la vida porque ella no pensaba trabajar en sábado (sera judia? me pregunte yo, por aquello del sabat y tal). En realidad ella tambien encontró la solución. Darle la llave a mi compañero de piso. Carlos. Él llegaba dos dias antes que yo. Bueno less give a stone.

Yo tenia el número del portal, el número del piso, lo unico que necesitaba era presionar el interruptor que marcaba el número 14 (desde entonces y durante 5 meses mi nuevo hogar) esperar que Carlos me abriese, subir mis maletas y descansar como me lo merecia. Como es facilmente imaginable, no fue eso lo que sucedio.

Carlos y Vicent (un chico de valencia que habia estado aqui todo el primer semestre y se conoce esto bastante bien) y un amigo de Vicent (Carlos, too) se habían ido a Malmoe. Y como os imaginareis yo no tenia ni idea del viajecito de marras. Pues bien procedo a llamar al timbre número 14 y no obtengo respuesta. Gol. Puede ser que suene mal, volvere a llamar. No hay respuesta. Por la escuadra. 35 kilos de maleta, ni puta idea del idioma que hablan los payos estos, ingles de valladolid, frio del carajo y un cansancio de la ostia. Pero en estas veo que se enciende la luz de la escalera. oeoeoeoeoe. Esto es que se ha jodido el portero automático y viene a abrirme. Pero cuando sale el tipo ni me dice hola ni adios ni vete a la mi.... ni na. Me meto en el rellano y subo los 3 pisitos a pata (no hay ascensor) llego a la puerta y llamo. Como el que espera que llueva dinero. Me canso. Igual a los de enfrente les han dado mi llave porque Carlos no ha venido.
Me abren la puerta dos chicos muy majos (Dimitris y Cosmas, griegos) que se apiadaron de mi y me hicieron compañia dejandome entrar en su piso y no riendose mucho de mi inglés. También me comentaron la tournee de los españoles to Malmoe, asi que me encomende a la diosa fortuna para que volviesen pronto, no sin antes preguntarles a los griegos si podia dormir en el suelo de su piso, y me dijeron que bien. Que tenian una cama de sobra si queria, pero que a ellos lo del suelo no les molestaba.

Al rato llego Carlos y procedi a instalarme en mi nueva habitación.

Puedo decir que ya la he liado en copenhague y que muy probablemente lo proximo que escriba sea mi odisea asi que mantengasen atentos a las pantallas de sus monitores. Yo me voy a sobar que mañana hay reunion erasmus y tal.

P.D. Odio la nieve. sobre todo cuando nieva durante dos dias seguidos ininterrumpidamente y lo que queda.